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Entrevista al coronel Arnaldo Claudio

Por: Tania Tamara Rosado  

La disciplina, responsabilidad, respeto, trabajo en equipo, empatía y solidaridad son características que definen el gran valor de nuestra comunidad de veteranos y veteranas en Puerto Rico. Mujeres y hombres que, a través de sus heroicas acciones, enaltecen los valores fundamentales de nuestra democracia. Tal vez, los reconocemos en la calle con sus gorras o camisas que les identifican sobre el tiempo de guerra servido, sin embargo, hay muchos y muchas que caminan junto a nosotros, y en ocasiones no sabemos que también forman parte de la comunidad. En honor a todos y cada uno, hoy lanzamos nuestro Blog: Voces de Veteranos.

En esta primera entrevista compartimos la interesante conversación que sostuvimos con el destacado coronel Arnaldo Claudio. Comenzamos la entrevista a las 2:00pm en punto. En el mundo de la milicia es vital la puntualidad y cumplir con lo acordado. Y, aunque algo nerviosa al principio reconociendo la gran trayectoria profesional de mi entrevistado, su sonrisa y amabilidad, me permitieron reconocer rápidamente la gran calidad de ser humano con quien conversaría.

Próximo a cumplir sus 65 años, el coronel Arnaldo Claudio es un veterano discapacitado, que sirvió en Irak, donde estuvo a cargo de 22,000 policías en áreas y ambientes difíciles de seguridad. “Yo perdí 42 soldados en Irak”, dice con la voz entrecortada. “Lo llevo en el corazón, porque cada vez que veo un hijo, una esposa, un veterano con impedimentos, lo siento en cuerpo y alma. Lo comprendo y me solidarizo porque no fue que lo leí o me lo dijeron, yo lo viví y fui herido en combate. Llevo la marca en mi cuerpo de lo q es ser un veterano de combate, donde todos y todas apoyaron el sistema en honor a la nación americana”, expresó Claudio. “En el campo de batalla se asumen riesgos físicos pero las heridas más profundas son las emocionales, y la parte más vulnerable de esto es: la familia.”

De acuerdo con el reconocido coronel, cuya trayectoria incluye servicios ofrecidos a diversos presidentes y sus familias, y cuyas fotos e imágenes se ven enmarcadas desde su oficina, lo más importante es el apoyo a la familia. “Yo le llamo el Triángulo de la Verdad, porque incluye el veterano o veterana, su familia o amistades y los programas de bienestar integral. Y es que cada componente es esencial, porque muchas veces lo más doloroso y difícil surge más adelante en el proceso”, explicó.

A raíz de su experiencia, y luego de servir en Irak, recibió apoyos psicológicos, pero reconoce que lo vivido queda para siempre, y es una lucha constante para manejar el estrés postraumático. Realidad que es necesario atender con urgencia, ya que, para Claudio, en Puerto Rico existe un estigma hacia la comunidad de veteranos, donde muchas personas los encasillan como locos, sin entender a profundidad lo que viven y sienten.

“Muchas veces nuestros veteranos y veteranas no han sido orientados debidamente. O en ocasiones es que no existe un lugar cercano a donde ellos residen para que puedan acudir a recibir servicios de apoyo emocional. Es necesario hacer socialización en redes sociales y en visitas. Unirnos con los municipios, grupos comunitarios y visitarles, para asegurarnos de que tengan el acceso a los servicios”, manifestó Claudio, haciendo énfasis en que muchas veces, además de buscar al veterano, hay que atender las necesidades de su familia, tal cual se promueve en programas como Family Readiness Group.

“Necesitamos atender las necesidades de las familias de veteranos.  Visibilizar sus necesidades y actuar para apoyarles.  Yo recuerdo que, al regresar de Irak, esa primera noche observé a mi esposa levantarse ansiosa a las 6:30am y correr hacia la ventana. Lo mismo ocurrió la noche posterior. Cuando le pregunté qué le ocurría, mi indicó que a esa hora es que llamaban para notificar a las parejas de los soldados, si estos habían fallecido”, recordó con emoción, reconociendo el miedo que sentía su pareja de pensar que al regresar tuviese algún tipo de impedimento.

Según Claudio, hay miles de historias similares que se viven en los hogares de Puerto Rico, donde veteranos jóvenes llegan marcados, y es necesario ayudarles en su proceso hacia la vejez. “Yo atesoro a cada uno de mis soldados fallecidos. Y los honro, recordando lo que hice para ayudarlos”, expresó con lágrimas en los ojos, mientras mostraba con gran emoción una caja denominada Memorial Service, que contiene los nombres de cada uno de sus 42 soldados fallecidos en Irak.

“Todavía recuerdo el eco de mis zapatos mientras caminaba hacia un salón para reunirme con la esposa de uno de ellos y notificar la muerte de su esposo. Es algo difícil de explicar. Pero cumplimos con su pedido de que fuese enterrado en el cementerio militar. Lo acompañamos hasta su último lecho. Eran muchachos jóvenes”, compartió compungido.

Recordó, además, el dramático momento en que un joven soldado le salvó la vida. “Vi a este joven soldado, que estaba a punto de montarse en el Convoy #2, el cual normalmente recibía los ataques más fuertes y directos, e intercedí para que le permitiesen montarse en el #3 que era donde yo estaría. Mi corazón deseaba protegerlo de alguna manera, me recordaba a mi hijo. Partimos, y en el trayecto, fuimos atacados gravemente. Todo se nubló ante mí, pero de repente sentí sus manos delgadas y jóvenes sacándome de allí, y fue él quien me salvó a mí”, expresó con gran emoción.

“Definitivamente, hay que tener valor, pero lo más importante es que al final de todo, hay ayuda.               Sin embargo, hay que desarrollar un enfoque más abarcador, que incluya veteranos de diversas edades, e integre visitas a hogares de ancianos y llegue a los campos y las zonas montañosas más remotas de Puerto Rico.”, recomendó el coronel Claudio, señalando la importancia de la Oficina del Procurador del Veterano, en el proceso de desarrollar un Programa de Socialización para Veteranos que cubra los                    78 municipios de la Isla.

“Como veterano de combate que tiene una familia y es parte de la sociedad, reconozco que cada uno tenemos unas particularidades personales sobre nuestras experiencias. Y hago un llamado a entender lo difícil que es el estresor de la vida y más todavía luego de haber ido a una guerra; por lo que pedir ayuda no es símbolo de debilidad sino de valor. Hay que dejarse ayudar”, manifestó convencido.

Tal cual expresó Claudio, miles de veteranos y sus familias en Puerto Rico, son parte clave de esta sociedad y merecen servicios que promuevan su bienestar integral.  En Veteranos con Puerto Rico ofrecemos coordinación de servicios de amas de llaves dirigidos a veteranos y veteranas mayores de 65 años y sus viudas o viudos. ¡Queremos ser parte de la solución!  Por eso, promovemos espacios para que se escuchen las voces de nuestros veteranos y veteranas.

Si desea leer en detalle la trayectoria profesional del coronel Arnaldo Claudio visite Claudio_Arnaldo.pdf (uscourts.gov).  Hasta la próxima edición.  ¡Gracias por su servicio!

 

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